“Todas las embarradas que he vivido me han convertido en un maestro”

Así puedes sentirte cuando te equivoques, cuando mires atrás y veas en línea el montón de veces que tropezaste con la misma piedra,
tuviste un intento fallido o pasaste por encima de tus valores permaneciendo en situaciones que lejos de edificarte, debilitaron tu espíritu poco a poco.

Bienvenido a la universidad de la trascendencia, al estelar momento de “darte cuenta”, te informo que si estás en este selecto grupo te has elevado a la categoría de Resiliente.

Las personas resilientes desarrollan la capacidad de asumir situaciones límite y sobreponerse a ellas, caen mil veces y se levantan más y más fuertes

Todos necesitamos pasar por aquí para quitar la neblina de nuestra mente y poder reubicarnos en el punto de partida hacia lo que estamos destinados a ser por orden divino. Nunca dejes de creer que viniste a hacer algo supremamente único, esa es la promesa que Dios tiene y cumplirá.

Sé que crees que estás en el lugar equivocado y hasta quieres “culpar o culparte por eso” yo he estado allí y créeme todos estamos donde debemos estar, haciendo el papel que nos corresponde, aunque aparentemente sea vergonzoso, es glorioso!
Nadie está en un lugar equivocado.

La clave es ver con los ojos poderosos de la conciencia y asumir que para trascender esas situaciones incómodas y repetitivas debemos:

1. Desdramatizar (cero drama o victimización)
2. Trascender la situación para que no vuelva a repetirse como pesadilla recurrente. (En otras palabras, entender el Para Qué y aprender la lección)

Un buen maestro se hace con las dificultades porque éstas nos enseñan a reponernos. Los caminos fáciles no llevan lejos, ¿puedes identificar hacia dónde estás yendo?

Ahora sí, de todo corazón quiero pedirte: comienza de nuevo poniendo en práctica lo aprendido en la caída, como diría una amiga sabia, ¡hasta que salga bonito!

Ama tus embarradas, son el principio de tu maestría.

Si mis experiencias ayudan a las tuyas te seguiré contando.

Zoraida Orcial.