En el interesante espacio de las relaciones entre mujeres quisiera dibujar un mapa de las dinámicas que observo entre “nosotras que nos queremos tanto”.
Aún cuando las mujeres disfrutamos auténticamente del encuentro con la otra, puede darse una suerte de competencia por objetivos comunes: hombres, éxito y la aprobación del mundo que nos da el título de “mujer #ComoDe30”.
Te brindo algunas voces femeninas: “en la oficina, mi jefe prefiere a X”, “quizás que le da…”, “me dejó por X”, “tiene tantos seguidores y no entiendo porqué”; verbalizaciones que hablan de esa lucha oculta que permanece en el silencio.
¿De dónde viene esa forma de relación? Quizás mensajes culturales de tener que ser esa niña buena, bonita y adecuada para poder ser amadas. El proceso de socialización nos castiga con la sentencia de la expectativa y la necesidad de calificar. Inclusive, tener que pelear por un hombre y por ser físicamente perfecta. Lucha que nos degrada a todas.
Como coach, en la intimidad con mujeres de diferentes países, he sido testigo de la rivalidad que se origina en el triángulo padre, madre e hija. Descubriendo que fue justo el padre el primer hombre por el cual dimos la batalla.
En mi caso particular reconozco que luché como la mejor guerrera por garantizar el exclusivo amor de mi padre. Y aunque me tranquiliza recordar su amor, debo contarles que esa pelea la perdí. Ese sabio hombre me hizo sentir que mi madre ocupaba un lugar de mujer con el cual yo no podía competir, sanando así el famoso triángulo.
Es justo con mi género reconocer que existe la real posibilidad de la solidaridad absoluta donde sentimos que la otra no es competencia y que tiene su lugar en el mundo como lo tengo yo, que el que sea más atractiva que yo, no me resta; que si un hombre o amigo(a) prefiere a otra, eso no quiere decir que no me quiere; que el que la otra brille, su luz me ilumina; que si una mujer tiene más éxito en el amor que yo, me está mostrando formas de lograrlo. !En fin! Qué liberador resulta ver en una mujer la posibilidad de un mundo en el cual tener una amiga con sana autoestima puede ser definitivamente el mejor negocio.
Coach personal Senior: Andreina Atencio Montiel.